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¿Cómo se forma nuestra personalidad?

Lo primero que hay que aclarar es el concepto de persona, cuya etimología hace referencia a las máscaras que usaban los griegos, en sus representaciones de teatro.

Es decir, la persona (máscara) es la imagen con las que nos presentamos ante los demás. El término se emplea para designar a un individua distinto del resto, que pertenece a una misma especie.

Esta persona va a tener una serie de cualidades, además de sus características físicas, como son el peso, altura, color de piel u ojos. También va a presentarse una forma de sentir y de relacionarse consigo mismo y con los demás, mostrando un estilo de conductas y formas propias. A este conjunto de estilos de pensar, actuar y sentir es lo denominamos personalidad.

Son dos los mecanismos que nos ayudan a formar nuestra identidad a lo largo del tiempo:

La experiencia directa: permite a la persona desde muy pequeña ir probando distintas acciones, provocando ensayo y error, aprender de aquello que es agradable o desagradable.

El aprendizaje vicario: también conocido como aprendizaje observacional, por la cual la persona es capaz de aprender la consecuencia de determinadas acciones, viendo los resultados que estas generan en otros.

A través de estos dos mecanismos vamos a identificarnos como individuos distintos del resto, con características propias como son nuestros cuerpos, nuestras formas de pensar y actuar, pero para llegar a esto hay que pasar un tiempo de aprendizaje y experiencias.

Todo esto nos va a ir conformando como personas y estableciendo una determinada forma de sentir.

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